sábado, 25 de mayo de 2013

El derecho de ultimogenitura en el Antiguo Testamento

Esaú  cambiando su herencia por un plato de lentejas a Jacob

      El antropólogo británico J.G. Frazer, ya mencionado por mí en otras entradas de este blog, plantea la hipótesis de que en los períodos más antiguos de la historia del pueblo de Israel, estaba instalada la costumbre de que el menor de los hermanos heredase cuando moría el padre las posesiones de éste, y no el mayor como ocurría más adelante, es decir, que el derecho que podríamos denominar de ultimogenitura fue previo al de primogenitura. Más tarde, cuando se puso por escrito la historia de épocas más antiguas, la ultimogenitura ya había desaparecido y los narradores no alcanzaban a entender que esa situación, que ya no se llevaba, hubiese existido con anterioridad,  y tuvieron que buscar toda una serie de estratagemas y rodeos para poderla explicar, o en su caso justificar.
    
     Tras el estudio que realiza nuestro autor de diversas tribus de Asia y de África y su comportamiento con respecto a este derecho, se siente autorizado a concluir que esta práctica es compatible tanto con la vida de un pueblo sedentario y agrícola, como con la de un pueblo de pastores, aunque es más propia de los primeros. Su razonamiento es como sigue: “a medida que crecen los hijos de una familia van abandonado el techo paterno y abriendo en la jungla o en los bosques campos nuevos para el cultivo, hasta que por fin sólo queda con los padres en la casa familiar el más joven de los hijos; él es, por consiguiente, el báculo natural de los padres y el que los cuida en su vejez. Esa parece ser la explicación más natural y sencilla de la costumbre de la ultimogenitura (…). La norma resulta así natural y justa si el hijo más joven es el único que vive en casa de los padres a la muerte de éstos”.
    
     La explicación anterior también nos serviría para entender la costumbre de los antiguos hebreos, y las razones por las cuales siguieron existiendo trazas de ultimogenitura  mucho tiempo después de haber sustituido ésta por la primogenitura, cuando dejaron la vida nómada de pastores por tierras desérticas, por la vida sedentaria de agricultores en Palestina. De ahí que el escritor bíblico quedase sorprendido cuando observó esta vieja práctica ya en desuso.
   
      El historiador y folclorista australiano, fallecido hace ya casi cien años, Joseph Jacobs confirma que en virtud de una antigua ley judía, el hijo más joven (en este caso se refiere al patriarca Jacob) tenía derecho a la herencia paterna, y que la estratagema y demás engaños empleados para hacerse con ella es una glosa añadida por el escritor bíblico, para poder justificar una transacción que no comprendía y, que de alguna manera, había que justificar. Con esta explicación, J. Jacobs trataba de limpiar la dudosa conducta que sigue el antiguo patriarca de Israel para arrebatar la herencia a su hermano mayor.
    
     Si hacemos un breve repaso a esta tradición en el Antiguo Testamento, podemos observar que ocurre en diversas ocasiones. Veamos:
    
     Para empezar, dejar claro que si Jacob suplanta a su hermano mayor Esaú en la bendición de su padre, y después le arrebata la herencia a cambio de un plato de lentejas aprovechando un momento de debilidad de su hermano, no hizo otra cosa que defender un derecho del que todavía, al menos, quedaba algo: el de ultimogenitura. Por otra parte, siguió el ejemplo de su padre Isaac, que era uno los hijos menores de Abraham y pasó por delante de Ismael, que era su hermano mayor. Jacob también aplicó esta norma a sus hijos y nietos. En primer lugar, la misma Biblia dice que prefería a José, el penúltimo de sus hijos, si es que no era el menor y Benjamín fue una añadidura posterior. Más adelante, cuando Jacob bendice a sus dos nietos, hijos de José, mostró preferencia por Efraím, el más joven, frente al mayor Manasés. Así que, un defensor de Jacob lo tiene fácil, toda su vida tuvo una conducta similar y mostró una gran coherencia en su preferencia por los más jóvenes.
    
     El que siglos más tarde fue el rey David, también era el hijo más joven de su padre y, sabiéndolo el profeta Samuel, lo bendijo y lo nombro sucesor en vida del rey Saul (que no era su progenitor, y que tenía otro hijo que hubiese podido sucederle). Y aún más, David era el menor de dos mellizos.
    
     ¿Y qué hizo el rey David? Legar la corona a Salomón, uno de sus hijos menores, apartando de ella a Adonías, mayor que su hermano y que la reclamaba en herencia.
   
     Con todo lo expuesto, sería lógica la suposición de un derecho de ultimogenitura en el antiguo Israel, que entró progresivamente en desuso y sustituido por el de primogenitura en el devenir histórico. Dicha suposición, sale reforzada con el estudio que Frazer realiza en otras partes del mundo, observando una tradición similar.                                        
                                     .
       R.R.C.