martes, 23 de abril de 2013

La columna Trajana

                                          Detalle de los relieves

     El emperador Trajano construyó en Roma un nuevo foro en cuyo centro levantó en el año 114, una gran columna de 30 metros de altura y casi 4 de diámetro, sobre un pedestal de 8 metros para contener su capilla funeraria en el interior, el cual, contiene la siguiente inscripción: «El senado y el pueblo romano, al emperador César Nerva Trajano Augusto Germánico Dácico, hijo del divino Nerva, pontífice máximo, tribuno por decimoséptima vez, imperator por sexta vez, cónsul por sexta vez, padre de la patria, para mostrar la altura que alcanzaban el monte y el lugar ahora destruidos para <obras> como ésta.». Se compone de dieciocho grandes bloques de mármol blanco de carrara de aproximadamente cuarenta mil kilos de peso cada uno. En su interior una larga escalera de caracol con más de ciento ochenta peldaños, da acceso a una plataforma superior que se convierte en un espléndido mirador. Unos bajorrelieves, que actualmente han perdido su policromía, envuelven helicoidalmente la columna en una banda continua de más de 200 metros de longitud, que dan veintitrés veces la vuelta a la misma. Su autor fue Apolodoro de Damasco y se encuentra en la actualidad en un estado de conservación excelente en el centro del Foro de Trajano, en Roma.

     La columna pues, consta de una base simple tallada en forma de corona de laurel, un fuste cilíndrico formado por tambores de mármol y un capitel dórico. Encima de éste se hallaba una estatua de bronce del emperador, que desapareció durante la Edad Media. En 1587, el papa Sixto V puso sobre ella la actual estatua de San Pedro, que es la que vemos ahora.

     El gran atractivo de esta obra reside en el fuste, que presenta una cinta helicoidal  llena de bajorrelieves -155 escenas y más de 2500 figuras-, que insisto, estuvo policromado en su origen, detalla, mediante escenas muy concretas, los hechos que tuvieron lugar durante dos campañas victoriosas de Trajano sobre los dacios. La primera (en los años 101-102) se narra en la mitad inferior de la columna y la segunda campaña (años 105-106) en la parte superior, separadas ambas por una imagen de la Victoria. Se trata del relieve más extenso esculpido en la Antigüedad, y es una obra imponente porque consigue que el interés no decaiga en ningún momento.

     La lectura es ascendente y la narración empieza con el paso del ejército romano por el Danubio sobre un puente de barcas, y finaliza con la deportación de los prisioneros dacios. Las escenas se suceden sin interrupción, excepto en algunas zonas donde el cambio viene señalado por algún elemento paisajístico o arquitectónico.

     Para facilitar la visibilidad, la altura de las franjas del relieve va aumentando a medida que se aleja del suelo, de manera que la imagen más cercana mide 0'89 m y la más alejada 1'25 m. El realismo con que los rostros están tratados permite reconocer a algunos de los protagonistas, como es el caso del propio Trajano, que aparece en unas 60 ocasiones. A través de las figuras superpuestas, los escorzos y los movimientos contorsionados se crean efectos de profundidad, aunque observamos distintas perspectivas en una misma escena. La detallada representación de armas y máquinas militares ha permitido profundizar en el conocimiento de las técnicas utilizadas por el ejército romano.

     La finalidad de la columna era conmemorativa, al igual que los arcos de triunfo, que son monumentos típicamente romanos que no tienen antecedente en el arte griego, en este caso celebrar la conquista de la Dacia por parte del Emperador que lleva su nombre, además de estar destinada a ser su lugar de descanso definitivo. Por último, también tenía como objetivo, como nos dice la propia inscripción de su base, el señalar hasta dónde llegaba el monte desplazado por el foro.

   Manuales de Arte. Adaptado por  R.R.C.