lunes, 7 de enero de 2013

Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela


            La obra cumbre del estilo de transición del románico al gótico es esta portada de la catedral santiaguina, obra del maestro Mateo y sus colaboradores, que según una inscripción coetánea concluye el dintel de la portada en el año 1188. Del Maestro Mateo, como de la mayoría de los artistas medievales, se sabe muy poco.
            El conjunto consta de una gran portada central y otras dos laterales más pequeñas. El arco central, más grande, está dividido por un parteluz que soporta un gran tímpano de excepcional riqueza escultórica. Los arcos laterales, sin tímpano, tienen la decoración escultórica y vegetal extendida por las arquivoltas. El de la izquierda representa la Iglesia de Israel, mientras que en el de la derecha se representa la Iglesia de los Gentiles. Su iconografía se basa en el Apocalipsis de San Juan.
           El arco central está dominado por la gran figura hierática del Pantocrátor sin la mandorla; está sedente y mostrando las llagas; su rostro vago y con expresión de cierta  indiferencia, muestra menor calidad que las figuras que lo rodean; su gran tamaño se debe al afán medieval de destacar la principal. Lo rodean los cuatro evangelistas (tetramorfos) perfectamente identificados por los símbolos sobre los que se apoyan para escribir: águila, toro y león; San Mateo escribe sobre sus rodillas.
          A los lados de la cabeza del Señor, dos pequeños ángeles turiferarios (que portan incensarios). Sobre la base del tímpano, están situados ocho ángeles de pie que portan los instrumentos de la Pasión: la columna, la Cruz, la corona de espinas, los cuatro clavos, la lanza de Longinos, el pergamino de la sentencia con el aguamanil de Pilatos, los azotes y la caña con la esponja junto con el INRI.
         Llenando el fondo del tímpano, aparecen 38 pequeñas figuras, ordenadas en dos filas y en diversas actitudes, que representan a los escogidos. Distribuidos por la arquivolta, están las figuras sedentes de los 24 Ancianos del Apocalipsis coronados y hablando entre sí (dos a dos). Están dispuestos en sentido radial, cosa hasta entonces desusada. Portan instrumentos musicales de cuerda, que unos afinan y otros tañen, formando el "Concierto Celestial". Son éstas figuras de gran realismo y movilidad. El realismo de los instrumentos ha permitido su reconstrucción actual para intentar reproducir lo más fielmente los sonidos de la música de la época. La arquivolta está adornada con motivos vegetales de bellísima factura. Dos ángeles, uno a cada lado del tímpano, alzan una pequeña figura con un cartel, simbolizando las Iglesias judía y pagana.
             El parteluz se apoya en una figura tendida sobre el pecho, que abarca con sus brazos dos leones con las fauces abiertas; su rostro barbado se alza mirando hacia las alturas; podría ser Adán o Noé. El capitel representa las Tentaciones de Cristo. Inmediatamente debajo aparece la figura de Santiago sentado en una silla de tijera y mostrando un pergamino con la inscripción "Misit me Dóminus". Sus cabellos ondulados y sus barbas terminan en formas acaracoladas. Desde su silla parece recibir a los fieles que penetran en la Basílica.
            El soporte de la figura del Apóstol es una columna de ónice donde se desarrolla el árbol de Jessé que nos muestra la Genealogía de Cristo según la profecía de Isaías: en la parte inferior está Jessé recostado, del que brota una rama que un ángel va entrelazando con los ascendientes de María (David, Salomón, etc.) hasta llegar, en la parte superior a la Virgen, que aparece libre de las trabas del ramaje, simbolizando su inmunidad al pecado original, su Inmaculada Concepción. El capitel tiene la representación de la Santísima Trinidad.
              Adosadas a las columnas de las jambas, aparecen cuatro figuras de tamaño natural a cada lado: Moisés con las Tablas de la Ley; Isaías, Daniel, joven y alegre, y Jeremías, a la izquierda. En la derecha, Pedro, con las llaves, Pablo, con un libro, Santiago el Mayor y Juan, sobre un águila, con el libro del Apocalipsis.
            Este conjunto monumental creado como entrada occidental y principal de la catedral es uno de los más grandes monumentos medievales del mundo y paradigma de la evolución que durante la segunda mitad del siglo XII sufre el románico hacia el naturalismo gótico.
       R.R.C.