miércoles, 16 de mayo de 2012

El volcán Masaya y la laguna Catarina en Nicaragua



     Estas dos maravillas se encuentran  muy cerca la una de la otra en el departamento de Masaya. Este volcán es el más activo de Nicaragua.  Su columna de humo es permanente, en ocasiones, se puede ver la lava en movimiento desde el borde sur. Su última erupción importante ocurrió en el año 1670. Su vasto cráter tiene 500 metros de diámetro y 300 de profundidad. En el siglo XVI los conquistadores españoles creyeron que era la "boca del infierno", pues de acuerdo a las narraciones del cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, los indígenas consultaban a una bruja dentro del volcán, por lo que Oviedo supuso que ella era el mismo diablo. Fray Francisco de Bobadilla colocó una enorme cruz en lo alto del cráter, a la que se llega después de subir doscientos escalones, de la que aún podemos ver  una réplica. Su objetivo era ahuyentar al demonio. El 20 de marzo de 1772 hizo erupción el Masaya y derramó tal cantidad de lava que amenazó a la ciudad homónima con un completo exterminio; para librarse de tan horrenda catástrofe, los habitantes de la localidad sacaron en procesión la imagen de la Virgen de la Asunción, y entonces, según declaración de testigos oculares, la corriente amenazadora se desvió y la ciudad logró salvarse. Las vistas que podemos contemplar desde el mismo borde del cráter son impresionantes, sobre todo en los días despejados, ya que cuando hay nubes la panorámica es más reducida.    
     En cuanto a la laguna que podemos observar en la imagen, su mejor vista la obtenemos en el mirador de la pequeña localidad de Catarina, muy cerca de la anterior, un lugar muy visitado por los nicaragüenses en los fines de semana y por numerosos turistas extranjeros: por su paz, tranquilidad y enorme belleza que ofrece. Su forma circular cuenta con 6 Km de diámetro. Se trata de un antiguo cráter extinguido desde hace miles de años, después se ha llenado por efecto de la lluvia originando el lago volcánico más grande de Nicaragua. Sus aguas son cálidas y cristalinas, cuenta con una profundidad máxima de 176 metros. Su flora exuberante convierte este lugar en algo especial. Según algunos datos que podemos encontrar en la historia geológica de Nicaragua, esta laguna se formó hace unos 23 000 años. Posiblemente, este sitio fue un espacio sagrado para los indígenas, y en la actualidad un lugar de recreo y descanso para los visitantes. 
        R.R.C.
Nota: Fotos del autor