martes, 13 de diciembre de 2011

LA LEONA HERIDA


     Relieve del siglo VII a J.C. del palacio del rey Asurbanipal en Nínive (la actual Mosul iraquí) y conservada en el Museo Británico. Realizada en piedra y en un magnífico estado de conservación. 
     La reina de la selva cazada y a punto de morir, se muestra desafiante hasta en su último rugido. Es tal su fiereza que no es el dolor lo que la puede, sino el hecho de ser vencida, abatida por su mortal enemigo: el hombre. Como diría Blanco Freijeiro es la rabia la que invade todo su cuerpo, dispuesta aun a despedazar a quien se le ponga por delante. Quiere morir como una reina, sin despertar compasión ni tampoco desearla.
     Sus patas traseras se encuentran paralizadas por la flecha que le atraviesa la columna vertebral. Las otras no han podido con ella. Su cuerpo es fuerza y casta. Lo que importa representar al artista asirio es el músculo y las garras, como si no tuviera piel, en la que podemos observar un gran  realismo y estudio anatómico del animal herido, como resultado final de una cacería de leones llevada a cabo por el monarca asirio, uno de sus deportes preferidos, en el que ponía a prueba su valor ante su pueblo, con el consiguiente efecto propagandístico que estas exhibiciones conllevan. 
           R.R.C.